La locura de la guerra: somos belicosos

Leonardo Boff*

El devastador y letal ataque al hospital batista Al-Ahli en el centro de Gaza, sostenido por los anglicanos, es un claro crimen de guerra según las leyes internacionales. Hay una guerra de versiones sobre quien lo causó. Lo que de verdad  importa son los cientos del vidas humanas (471?) segadas criminalmente. El hecho y las escenas nos llenaron de horror, de indignación y de solidaridad con los afectados y con el  pueblo palestino, víctima de un castigo colectivo.

   En la penosa historia de los palestinos en busca de una patria ha habido innumerables asesinatos en masa, en Hebron (1929), en Deir Yassin (1948), en Kafr Qasim (1956),  en Hebron (1994), la masacre de la Marcha del Retorno (2018). Tampoco debe ser olvidado y sí condenado el perverso acto terrorista de Hamas en Israel el día 7 de octubre, asesinando aleatoriamente a más de mil israelíes, entre ellos niños, y tomando doscientos rehenes.

   La reacción del Estado de Israel, con el escandaloso apoyo incondicional de USA, está siendo cruel y sin piedad, alcanzando a miles de civiles, en una población  con un 50% de niños y jóvenes. El asedio total con corte de agua, de alimentos y de energía por parte de Israel, es un crimen humanitario.

   Esta guerra, totalmente asimétrica, nos plantea la gran pregunta: ¿por qué los seres humanos se matan o se asesinan  unos a otros? ¿Cuáles son las raíces de esta perversidad? ¿Es posible la paz entre los humanos y con la naturaleza?

   Sería largo reflexionar sobre las distintas interpretaciones del  carácter demente y belicoso del ser humano, cosa que intentamos hacer en el artículo anterior. Aquí vamos a resumir la cuestión con el intercambio de cartas entre  Albert Einstein y Sigmund Freud.  

   El 30 de julio de 1932 preguntaba Einstein a Freud: “¿hay un modo de liberar a los seres humanos de la fatalidad de la guerra? Existe la posibilidad de dirigir la evolución psíquica hasta el punto de hacer a los seres humanos más capaces de resistir  la psicosis del odio y de la destrucción” (Natan&Norden, Einstein on Peace,98).

   Freud recurre a estas dos pulsiones que sustentó durante toda su vida y obra: tenemos en nosotros la pulsión de muerte (Thánatos) y la pulsión de vida (Eros). Ambas coexisten en cada ser humano. La pulsión de muerte responde de todo tipo de violencia y guerras que marcan la historia personal y colectiva de la humanidad. La pulsión de vida se expresa por el amor, por la amistad, por la solidaridad, por la compasión, que coexisten también en cada ser humano.

   Con realismo Freud respondió a Einstein: “No existe la esperanza de poder suprimir de modo directo la agresividad de los seres humanos. Sin embargo, se puede recurrir  a vías indirectas, reforzando el Eros, principio de vida contra Thánatos, principio de muerte. Todo lo que hace surgir lazos emocionales entre los seres humanos obra contra la guerra; todo lo que civiliza al ser humano trabaja contra la guerra” (Obras Completas,III:3,215). Pero nos advierte que estas dos pulsiones se enfrentan y buscan equilibrarse y no sabemos cuál será la que predomine  sobre la otra. Termina con una frase misteriosa y resignada: “hambrientos, pensamos en el molino, que muele tan lentamente que podemos morir de hambre antes de recibir la harina”. Aquí aparece cierto pesimismo de Freud frente al curso de nuestra historia. Ahora, horrorizados, estamos presenciando lo que el gran psicanalista intuyó.

   No obstante, seguimos buscando tenazmente la paz y nunca desistiremos. Si no puede ser como estado permanente, por lo menos como un espíritu que nos hace preferir el diálogo a la confrontación, la búsqueda cordial de puntos en común al enfrentamiento belicoso.

   El presupuesto básico para la paz consiste en afirmar la humanidad en todos y en cada ser humano, independiente de su condición étnica, cultural, religiosa y de género. Todos debemos tratarnos humanamente. Esto, lamentablemente, no ocurre. Hay  supremacistas raciales (blancos), y todo tipo de exclusivismos. Por ejemplo, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, en una actitud típicamente supremacista declaró en una entrevista a periodistas internacionales: “nosotros estamos luchando contra animales y actuando de acuerdo… utilizando todo el poder bélico para reducir la Ciudad de Gaza a escombros”. Esto solo es posible negando humanidad a los habitantes de la Franja de Gaza, considerándolos sub humanos y, peor, reducidos a animales.

   De esta forma, todo sometimiento de un pueblo por la violencia y por la guerra deja en este un rastro de amargura, de odio y de deseo de venganza, que dará origen a reacciones violentas, a atentados y a nuevos conflictos. Hay que considerar que Israel mató cerca de 15 veces más civiles que los palestinos durante la última década, como afirmó  Oren Yiftachel,  prof. judío israelí de Urban Studies de la Universidad  Ben Gurion del Negev.

   Hay que buscar el encuentro confiado y cordial entre todos los diferentes pueblos. Un hermoso ejemplo nos lo da el Maestro judío Daniel Barenboim, que en su orquestra y escuela en Israel conviven y cultivan la música israelíes, palestinos y judíos juntos. Afirma: “Esto refuerza mi convicción de que sólo puede haber una solución para el conflicto con base en el humanismo, en la justicia y en la igualdad, y sin fuerza armada ni ocupación”. La paz es resultado y consecuencia de este tipo de actitud, bien expresada en la Carta de la Tierra cuando “reconoce que la paz es esa plenitud que resulta de relaciones correctas consigo mismo, con otras personas, con otras culturas, con otras vidas, con la Tierra y con el Todo mayor del cual somos parte” (IV,16f).

   Es triste constatar que en la tierra del Príncipe de la Paz, Jesús de Nazaret, sucedan tales violencias brutales y guerras devastadoras, cuyas víctimas son en su  mayoría civiles e  inocentes madres y niños.

   Para terminar, es el momento de proclamar Shalom, Salam, Pax et  Bonum, Paz y Bien.

*Leonardo Boff ha escrito Virtudes para otro mundo posible, vol.III, Beber y comer juntos y vivir en paz, Vozes y Sal Terrae  2006; Oración de San Francisco: un mensaje de paz para el mundo de hoy,  Vozes  y Sal Terrae 2014.

Traducción de María José Gavito Milano

Irrumpieron los jinetes del Apocalipsis: la guerra Hamas-Israel

Leonardo Boff*

En estos días de octubre hemos visto  espantados la guerra que ha estallado entre el grupo terrorista Hamas de Palestina y el estado de Israel, atacado por sorpresa, y la fuerte reacción de este último. Dada la violencia empleada,  con cientos de víctimas en ambos lados, especialmente población inocente, parecería que irrumpió el jinete del Apocalipsis, el de la guerra destructora (Apoc 9,13-19).

Los cohetes, los misiles, los drones, los tanques, los bombarderos, los cazas, las bombas inteligentes y los  propios soldados, hechos pequeñas máquinas de matar, se parecen a figuras salidas de las páginas del libro del Apocalipsis.

Todos los que venimos de una visión pacifista del mundo, de la ecología, de la integración armónica de las oposiciones, del proceso evolutivo, concebido como abierto para formas cada vez más complejas, altas y ordenadas de relaciones e incluso las advertencias del Papa Francisco sobre la alarma ecológica, nos preguntamos angustiados: ¿cómo es posible que hayamos llegado a tales niveles de destrucción? ¿Cómo entender los fenómenos que acompañan el escenario de esta guerra, como la invasión de Israel por terroristas de Hamas, matando indiscriminadamente civiles, secuestrando personas, niños, personas mayores y militares, las fake news, la distorsión planeada de los hechos y la manipulación de las creencias religiosas? Es importante no olvidar los muchos años de durisima y violenta dominación de Israel sobre la región de Gaza y  los palestinos en general. Esto ha provocado resentimiento y mucho odio que está en la base de los permanentes conflictos en la región. Pero todo esto no acalla la pregunta: ¿ qué es lo somos nosotros, seres humanos, capaces de tanta barbarie?

Y  las guerras se han transformado cada vez más en guerras totales, causando más víctimas entre las poblaciones civiles que entre los combatientes. Max Born, premio Nobel de física (1954) denunció la prevalencia de la matanza de civiles en la guerra moderna. En la primera guerra mundial murieron sólo un 5% de civiles, en la segunda guerra, el 50%, en la guerra de Corea y Vietnam el 85%. Y datos recientes muestran que contra Irak y la ex-Yugoslavia, en Ucrania el 98% de las víctimas son civiles. En la presente guerra, entre el grupo Hamas e Israel los datos deberán ser de proporciones semejantes, por lo que se deduce de las palabras amenazantes del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.

Según el historiador Alfred Weber, hermano de Max Weber, de los 3.400 años de historia  de la humanidad que podemos datar con documentos, 3.166 han sido de guerra. Los restantes 234 no han sido ciertamente de paz sino de tregua y de preparación para otra guerra.

Frente a este drama que da miedo irrumpe una pregunta radical: ¿Cuál es el sentido del ser, de la vida y de la historia? ¿Cómo  iluminar ese anti-fenómeno?

No tenemos otra categoría para iluminar ese enigma sino reconocer que es la explosión y la implosión de la demencia, inscrita en el ser  humano, tal como lo conocemos. Somos también seres de demencia, de exceso, de voluntad de dominar, estrangular y asesinar. Esto fue ampliamente ilustrado en las guerras del siglo XX que causaron la muerte de 200 millones de personas y en los actos espectaculares perpetrados por el terrorismo y fundamentalismo islámico como la destrucción de las Torres Gemelas en Estados Unidos y actualmente por el sorprendente y terrible ataque de las milicias de Hamas (parte rechazada por los palestinos) al estado de Israel.

Lo enigmático es que esa demencia viene siempre junto con la sapiencia. La sapiencia  es nuestra capacidad de amar, de cuidar, de  extasiarse y de abrirse al Infinito. Somos, simultáneamente, todos sin excepción, sapiens y demens, es decir, seres humanos sapientes y  dementes.

El paradigma dominante de nuestra cultura, asentado sobre la voluntad de poder y de dominación, creó las condiciones para que nuestra demencia colectiva se manifestase poderosamente y predominase. Ese espíritu de guerra está presente en la economía de mercado financierizada, en la guerra del trigo, del maíz, de los automóviles, de las computadoras, de los móviles, de los grupos religiosos y hasta de los centros de investigación.

Por otro lado, nunca dejó de aparecer, en ningún  tiempo, también nuestra dimensión sapiente. Plazas de todo el mundo se llenan de multitudes clamando por paz y nunca más la guerra, siempre que aparece la amenaza de conflicto  como forma de resolver problemas. Líderes políticos, intelectuales y religiosos, alzan su  voz y alimentan el lado luminoso y pacífico de los seres humanos y no nos dejan desesperar. Jesús, San Francisco de Asís, M. Gandhi, Luther King Jr, Dom Helder Câmara, entre otros se transformaron en referencias de la anti-violencia y en paladines de la paz.

¿Qué salida encontraremos para este  problema con dimensiones metafísicas? Hasta hoy no sabemos exactamente.

La salida más realista y más sabia parece ser la expresada en la oración de la Paz de San Francisco de Asís, el hermano universal, de la naturaleza, de los animales, de las montañas y de las estrellas. En esa oración, ampliamente divulgada y hecha  credo común por el macroecumenismo, es decir, por el ecumenismo entre las religiones y las iglesias, encontramos una clave iluminadora.

Los términos de la oración dejan clara la conciencia  del carácter contradictorio de la condición humana, hecha de amor y de odio, de sapiencia y de demencia. Se parte de esta contradicción, pero se afirma confiadamente el polo positivo con la certeza de que él limitará e integrará el polo negativo.

La lección, subyacente a la oración de San Francisco, es esta: no se cura la demencia sino reforzando la sapiencia. Por eso, en sus palabras: “donde haya odio, que yo lleve amor; donde haya discordia, que yo lleve unión; donde haya desesperación, que yo lleve esperanza; donde haya oscuridad,  que yo lleve la luz”. Porque es más importante “amar que ser amado,  comprender  que ser comprendido, perdonar que ser perdonado, pues es dando como recibiremos y muriendo  como se vive para la vida eterna”.

En esta sabiduría de los sencillos quizá se encuentre el secreto de la superación de las voluntades que quieren la violencia y la guerra como forma de resolver conflictos o de hacer valer los intereses de unos contra los otros, como está ocurriendo en la actual guerra Hamas-Israel.

El camino de la paz, enseñaba Gandhi, es la propia paz. Sólo medios pacíficos producen la paz. La paz es, a un tiempo, meta y método, fin y medio. Ojalá ese espíritu acabe triunfando sobre la violencia brutal en la presente guerra, profundamente asimétrica, entre el pequeño y violento grupo de Hamas y el también pequeño pero poderoso   estado de Israel.

Leonardo Boff ha escrito: La búsqueda de la justa medida (I y II), Vozes  2023; La oración de San Francisco: un mensaje de paz para el mundo de hoy Vozes y Sal Terrae 2014; Fundamentalismo, terrorismo, religión y paz

“Nem loucos, nem mortos”: vivos e resistentes:testemunhos de ex-presos políticos argentinos

Finalmente sai em português “Nem loucos, nem mortos,o um testemunho coletivo e anônimo de ex-presos políticos de um dos presídios de segurança máxima da Argentina durante a última ditadura cívico-militar. Ele guarda a memória de todas estas pessoas se opuseram à ditadura na Argentina. Este testemunho é válido para a situação brasileira. Daí a importância de sua publicação no Brasil com um comovente prólogo de João Paulo Rodrigues da Coordenação Nacional do MST.

Publicamos um artigo do conhecido jornalista argentino,vivendo na Suiça e comprometido com a defesa dos direitos humanos no mundo: Sergio Ferrari

Vale ler o que escreve e denuncia pois a tragédia continua a nível mundial.

O livro é lançado pela Editora Expressão Popular-SP e seu lançamento é previsto para o dia 9 de outubro na Livraria Tapera-Taperá,Av.São Luis,187. 2.andar Loja 29 São Paulo.  LBoff

Sergio Ferrari

Ativar a memória coletiva como antídoto contra a repetição das brutalidades que a América Latina viveu em tempos de ditaduras. Essa é a premissa de um grupo de ex-presos políticos do Presídio de Coronda, em Santa Fé, na Argentina, que, no próximo 9 de outubro, apresenta Nem loucos, nem mortos, livro testemunhal escrito por mais de 70 deles, agora publicado em português pela Editora Expressão Popular de São Paulo.

E será nessa cidade brasileira que essa obra coletiva e anônima de 350 páginas, com muitas fotos e desenhos em cores, terá seu batismo de fogo em solo latino-americano, apenas 20 anos após ter sido apresentada na Argentina a primeira edição em espanhol.

Em 2003, a Associação El Periscopio, que reúne um importante grupo de ex-prisioneiros de Coronda –por onde passaram 1.153 detidos pela ditadura- publicou Del otro lado de la mirilla. Olvidos y memorias de ex-presos políticos de Coronda 1974-1979. Essa obra, agora traduzida e adaptada para o português, já teve sua terceira edição em espanhol, com mais de 11 mil exemplares vendidos, e também circula em diversos idiomas. Em 2020, foi publicada em francês com o título Ni fous, ni morts(Editorial de l’Aire, Vevey, Suíça) e, em 2022, em italiano, pela prestigiada editora romana Albatros Il Filo, sob o nome Grand Hotel Coronda.

A paixão da memória

Desde a publicação da primeira edição, em 2003, Del otro lado de la mirilla repercutiu significativamente tanto na Argentina quanto na Europa. No entanto, sua distribuição na América Latina e, especificamente, a versão em português permanecia uma questão pendente.

Nem loucos, nem mortos é um testemunho coletivo e anônimo de ex-presos políticos de um dos presídios de segurança máxima da Argentina durante a última ditadura cívico-militar. É, talvez, o primeiro livro do gênero publicado na América Latina, resultado do trabalho de um grande grupo de coautores reunidos em El Periscopio (https://elperiscopio.org.ar/).

Em 2006, inspirou a criação teatral Coronda en Acción, (http://www.youtube.com/watch?v=mkK12e2yaFw) e durante a pandemia de Covid-19 alimentou conceitualmente o projeto Corondaes, uma realização experimental audiovisual onde cada quadrícula digital (via zoom) representava uma cela desse presídio argentino (https://www.youtube.com/watch?v=G18LTkssir0). Também inspirou a realização do curta-metragem Retorno a Coronda (2020), que narra a visita realizada por um grupo de ex-prisioneiros a esse centro penitenciário, em outubro de 2019, e que é projetada como introdução por ocasião da apresentação do livro (https://vimeo.com/733955181).

Para El Periscopio, o trabalho de Memória, Verdade e Justiça é a tarefa central nessas duas décadas de existência. Dessa forma, converge com as Mães e com as Avós da Praça de Maio, com outras associações de ex-prisioneira-os e com tantos outros atores sociais que lutam contra o esquecimento e contra todas as formas de obscurantismo histórico. É o que diz Hugo Borgert, membro da Associação, que viaja de Buenos Aires a São Paulo para a primeira apresentação da edição em português. “Nossa militância pela memória é uma espécie de paixão e quase uma obsessão”, explica Borgert, que reivindica a importância da memória coletiva em momentos em que alguns partidos e candidatos presidenciais negacionistas, como Javier Milei en Argentina, tentam minimizar a brutalidade dos crimes da última ditadura cívico-militar.

Para Alfredo Vivono, ex-preso político que também participará na apresentação de Nem loucos, nem mortos, “É uma honra enorme publicar o livro em português, no Brasil, junto com a Editora Expressão Popular, que pertence aos movimentos sociais brasileiros, que nasce das entranhas do Movimento Sem Terra (MST), e que dá uma contribuição cultural e pedagógica gigante para fortalecer os atores populares”. E continua: “Estamos honrados por compartilharmos a primeira apresentação com Frei Betto, figura de referência para a militância em todo o continente, e com João Paulo Rodrigues, da direção do Movimento Sem Terra que nos deu um presente inestimável ao prefaciar a edição brasileira”.

Borgert e Vivono concordam em que as resistências antiditatoriais dos anos 70 e 80 convergem hoje com os mais importantes movimentos sociais latino-americanos, como o MST do Brasil, com suas utopias e suas lutas atuais. “Somos parte de um todo latino-americano que continua aspirando a outro continente possível e necessário, com justiça, equidade e soberania. Um continente que se aproprie da igualdade e da diversidade de gêneros, que respeite os migrantes independentemente da sua proveniência e que abrace a luta contra a crise climática e pela sobrevivência da Terra”, reflete Alfredo Vivono.

Um prólogo emocionado, a voz brasileira

Na prisão de Coronda, centenas de ativistas que resistiram ao autoritarismo e à violência da ditadura argentina nos anos setenta estiveram presos sob o terror e a tortura permanentes. “Só sairão daqui loucos ou mortos!”. Essa era a sentença aterrorizante que os torturadores impunham com total crueldade, lembra João Paulo Rodrigues, membro da Coordenação Nacional do MST, no comovente prólogo da edição brasileira. E acrescenta que, apesar dessas torturas diárias, o grupo não desistiu, manteve-se vivo, resistiu e consolidou depois a Associação “El Periscopio” como instrumento de luta. Não se limitaram a escrever a experiência da resistência, mas sempre consideraram a produção coletiva do livro como uma ferramenta de luta. Inclusive, conseguiram acusar perante os tribunais comuns os dois diretores do Presídio de Coronda, que eram comandantes da Gendarmaria. Em maio de 2018, ambos foram condenados a 22 e 17 anos de prisão pela política destrutiva que aplicaram naquele presídio. Para os juízes, o regime diário aplicado em Coronda, que buscava a destruição física, mental e ideológica dos presos, constituiu um crime contra a humanidade.

Em sua profunda reflexão, João Paulo Rodrigues enfatiza que Nem loucos, nem mortos “abre o horizonte de análise para uma perspectiva latino-americana, reforça um processo coletivo de resistência e destaca um exemplo de memória que resultou em um movimento de luta, chegando inclusive à acusação e condenação de agentes torturadores do Estado”. Isso é ainda mais importante, acrescenta, no contexto brasileiro, já que aqui centenas de crimes cometidos por agentes do Estado durante a ditadura militar (1964-1985) permanecem impunes. O Brasil levou quase três décadas desde o início do processo de redemocratização para criar uma Comissão da Verdade (2012-2014). “No entanto, seu relatório, apesar de ser um documento importante, não levou à punição dos funcionários públicos que cometeram graves crimes contra os direitos humanos”.

João Paulo Rodrigues ressalta que esse livro aposta na importância da memória coletiva para os processos de organização e mobilização popular. E quanto à sua promoção e divulgação, “espero que sirva de ferramenta para amplos processos de educação popular na rica e diversificada realidade dos movimentos sociais no Brasil”. E o dirigente nacional do MST conclui afirmando que “o objetivo do livro é manter viva a memória de um passado que corre o risco constante de ser silenciado pelo esquecimento. Mas a memória não se restringe ao passado. Tem raízes profundas na construção de um hoje e de um amanhã diferentes das experiências de tortura, de dominação e de exploração”.

Um livro que nos homenageia

“Para nós é muito importante construir laços de solidariedade e de internacionalismo e é por isso que, como Editora, somos muito gratos pela confiança de El Periscopio em publicar seu livro conosco”, diz Miguel Yoshida, diretor da Expressão Popular.

Yoshida ressalta o valor do processo vivido na gestão do livro: “coincidindo com o caráter coletivo de Nem loucos, nem mortos, também trabalhamos coletivamente, juntos, há vários meses, de São Paulo e por zoom, com um grande grupo de membros do El Periscopio, da Argentina, do Brasil, da Alemanha, da França e da Suíça. Foi uma experiência muito original e enriquecedora”.

Nem loucos, nem mortos, no dia 9 de outubro nasce na atividade pública na livraria Tapera Taperá. No dia seguinte, também em São Paulo, será apresentado na Escola Nacional Florestan Fernandes, do Movimento Sem Terra. Continuará sua maratona inicial no dia 11 de outubro, no Rio de Janeiro, em uma atividade pública na Livraria Leonardo da Vinci. E dias depois, integrantes do El Periscopio com o livro em mãos participarão em intercâmbio com representantes da Central de Movimentos Populares, no 7º Congresso Nacional, a ser realizado entre os dias 26 e 29 de outubro, em Salvador, Bahia.

Pontapé inicial de um caminho “em português” que os ex-presos políticos de Coronda imaginam longo e fecundo. Com outras apresentações possíveis nos próximos meses em Foz do Iguaçu, novamente no Rio de Janeiro, em Porto Alegre etc. Sem perder a esperança de encontrar um multiplicador/distribuidor que nos permita chegar com o livro e com a experiência da “resistência coletiva em Coronda e da solidariedade eterna entre nós” do Brasil a Portugal. Lembrando, como dizem os autores, que “nossas histórias são uma gota d’água no grande Mar da Memória e da luta única por Outro Mundo Possível”.

Tradução: Rose Lima

SergioFerrari
Jornalista
sergioechanger@yahoo.fr

¿Cómo enfrentar el nuevo régimen climático de la Tierra?

Leonardo Boff*

Últimamente muchos me han preguntado por las razones de tantos eventos extremos que están ocurriendo por todo el planeta: ¿por qué tantos huracanes, ciclones, inundaciones, grandes nevadas, sequías prolongadas y olas de calor de cerca de 40 °C o más, ya sea en Europa e incluso en gran parte de nuestro país? Hasta hace algunos años los grandes centros científicos así como el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) no estaban seguros sobre su carácter, si era algo natural o consecuencia de la actividad humana. Lentamente la frecuencia de los eventos extremos ha ido creciendo y la ciencia ha reconocido que se trataba de un hecho antropogénico, es decir, resultado de la acción humana devastadora de la naturaleza.

Algunos biólogos viendo el exterminio de especies vivas por causa del cambio climático  han empezado a hablar de necroceno, es decir, de la muerte (necro en griego) de vidas en gran escala; sería un subcapítulo del antropoceno. La situación se ha vuelto mucho más grave con la irrupción de grandes incendios en muchas regiones del planeta, incluso en aquellas que se imaginaba eran las más húmedas como la Amazonia y Siberia. Para tal evento, extremadamente peligroso para la continuidad de la vida en la Tierra, se creó la expresión piroceno (pirosen griego es fuego).

En este momento estaríamos en el interior de varias manifestaciones de desequilibrios en el sistema-Tierra y en el sistema-Vida que nos obligan a plantearnos   esta pregunta: ¿cómo será de aquí en adelante el curso de nuestra historia? De no hacer cambios valientes y seguir por el camino recorrido hasta el momento, podremos conocer  verdaderas tragedias ecológico-sociales. António Guterrez, secretário general de la ONU, ha usado expresiones duras, afirmando: “o reducimos drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero o iremos al encuentro de un suicidio colectivo”. Más directo fue el Papa Francisco en la encíclica Fratelli tutti: “estamos en el mismo barco, o nos salvamos todos o no se salvará nadie” (n.32).

El hecho es que la Tierra ya no es la misma. Su sistema de auto-sustentación en todas las esferas que

componen un planeta vivo, Gran Madre o Gaia, corre el riesgo de entrar en colapso. Los que anualmente calculan la Sobrecarga de la Tierra (The Earth Overshoot),  o sea, la reducción creciente de los elementos que mantienen la vida, han concluido que este año ocurrió el día 2 de agosto. Ellos nos advierten, que no podemos llegar así a noviembre porque ahí todo el sistema planetario entraría en colapso.

Si todo ha cambiado, nosotros que somos parte de la Tierra, o más correctamente, aquella porción consciente de ella, también tendremos que cambiar e incorporar aquellas adaptaciones que nos permitirán continuar sobre este planeta. ¿En qué basarnos para esta adaptación?

Seguramente la tecno-ciencia es indispensable, pero en ella no se encuentra la solución. Ella se ocupa de los medios. ¿Pero medios para qué fines? Estos fines son aquel conjunto de principios y valores que fundan una sociedad humana y permiten una convivencia mínimamente pacífica, pues, dejados a sus propios impulsos, los seres humanos pueden devorarse entre sí (superación de la barbarie).

La fuente de estos valores y principios no se encuentra en utopías conocidas y superadas, en ideologías o en religiones. Para ser humanos, tales valores y principios deben ser buscados en la propia existencia humana, cuando es observada con atención y profundidad.

El primer dato: pertenece al DNA del ser humano, como lo mostró uno de los descifradores del genoma humano (J.Watson, DNA: el secreto de la vida, 1953), el amor social. Por causa de él nos sentimos parientes de todos los portadores de este código, también de los seres vivos de la naturaleza. Este amor social funda una fraternidad sin fronteras, constituyendo la comunidad biótica y la sociabilidad humana. El cuidado esencial: desde la más remota  antigüedad  (la fábula 22 de Higino del tiempo de César Augusto) fue visto como la esencia del ser humano y de todo y cualquier ser viviente. Si no recibe cuidado, garantizándole los nutrientes necesarios, decae y muere. A esto pertenece mantener los bosques y las selvas en pie y reforestar las áreas devastadas. Está también en nuestro DNA el sentido de la interdependencia entre todos. Todos estamos dentro de una red de relaciones y nada existe ni subsiste fuera de este complejo de relaciones. Él constituye la matriz relacional, perdida en el modo de producción capitalista que privilegia la competición y no la cooperación y da centralidad al individuo, apartado de su relación con la naturaleza. Cabe también a nuestro sustrato humano, la percepción de la corresponsabilidad colectiva y universal, pues o todos se unen y se salvan o se desgarra la realidad con el riesgo de tragedias ecológico-sociales sin fin.

Este sentido de  corresponsabilidad colectiva sustenta el proyecto social más prometedor, capaz de salvaguardar la vida que adquirió forma en el ecosocialismo (cf. Michael Löwy). Sería la humanidad junto con la comunidad de vida viviendo dentro de la misma Casa Común de forma colaborativa y acogedora de las diferencias. Dentro de esta Casa Común coexisten los distintos mundos culturales con sus valores y tradiciones, como el mundo cultural chino, indio, europeo, americano y de los pueblos originarios, entre otros. La  espiritualidad pertenece también a la existencia humana originaria que se compone de la valorización de la vida, de la compasión por los más débiles, del cuidado por todo lo que existe y vive, de la total apertura al infinito, ya que somos un proyecto de infinitas posibilidades a ser realizadas. Esta espiritualidad no se identifica con la religión, aunque esta nazca de la espiritualidad, sino de los valores antes mencionados.

Para alcanzar esta forma de habitar la Tierra, los humanos deberemos renunciar a muchas cosas,   especialmente al individualismo, al consumismo, a la búsqueda insaciable de  bienes materiales y de poder sobre los demás.  Son adaptaciones obligatorias, si nos decidimos a continuar en este pequeño  y bello planeta, o tendremos que enfrentarnos al conjunto de las crisis antes mencionadas que podrán, en su límite, liquidar la especie humana.

En este sentido podemos hablar de una recreación del ser humano que se habrá adaptado a la nueva fase de la Tierra calentada y equilibrada en un nivel más alto de calentamiento (¿entre 38-40 °C?). Ella colocará en su centro la vida y todo lo demás al servicio de ella. Como ya se ha dicho, será la Tierra de la Buena Esperanza, finalmente, la anticipación del mito de los pueblos originarios: la Tierra sin Males.

*Leonardo Boff es ecoteólogo y ha escrito: Dignitas Terra: ecología, grito de la Tierra-grito del pobre 1999; El doloroso parto de l Madre Tierra: una sociedad de fraternidad sin fronteras y de amistad social, Vozes, 2021: Habitar la Tierra: cuál es el camino para la fraternidad universal, Vozes 202