En el Cónclave hay conflictos: traslucen los conflictos del mundo

Leonardo Boff*

Vivimos en un torbellino de conflictos y amenazas como raramente ha habido en la historia humana. Dos hechos escandalosos nos llenan de indignación y de vergüenza: el genocidio a cielo abierto que continúa en la feroz guerra que Netanyahu está llevando a cabo  contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza. Tal crimen contra la humanidad es perpetrado por una coalición de fuerzas cuyas raíces se encuentran en el cristianismo: la comunidad europea, un expresidente católico, Joe Biden, y otro que se presenta también como católico, de la más perversa especie, Donald Trump. Los futuros manuales de historia (si hubiera todavía historia) serán implacables contra esta innombrable crueldad.

El otro hecho no se sabe si es más ridículo que un chiste sin gracia o si es una afirmación verdadera: Donald Trump se proclama presidente electo de los USA y del mundo, repito, presidente del mundo. Da la impresión de que estamos en los tiempos de la decadencia de los emperadores romanos, la mayoría perturbados, que eran capaces de tales estupideces.

Trump está haciendo una guerra contra toda la humanidad, pues ha roto con todos, amigos y enemigos, y quiere imponerse como señor del mundo, sin ninguna posibilidad de conseguirlo, pues la humanidad es sabia y sabrá cómo defenderse de tanta arrogancia.

Refiero tales eventos siniestros porque estamos en el contexto de un Cónclave de Cardenales, reunidos para escoger al sucesor del Papa Francisco. No seamos ingenuos: allí dentro, encerrados con llave, pese a la presencia misteriosa del Espíritu Santo, emergen también conflictos.La pelicula Conclave lo muestra muy bien. En cierta manera son naturales, porque la Iglesia Católica como institución religiosa no se organiza en torno al libro de los Evangelios, sino en torno a la sacra potestas (poder sagrado). Desde el siglo III la categoría central que sustenta la institucionalidad eclesial es el poder, heredado de los emperadores romanos. Y así continúa hasta hoy, hasta el punto de que el pequeño Estado del Vaticano es la única monarquía absoluta que aún existe. Veamos lo que el derecho canónico dice del Cabeza de la Iglesia, en el canon 331: «El Pastor de la Iglesia Universal (el Papa) tiene en la Iglesia el poder ordinario, supremo, pleno, inmediato y universal». Ese poder  fue todavía aumentado, más tarde, con la característica de ser el Papa infalible en cuestiones de doctrina y moral. ¿Puede un ser humano mortal y pecador como todos portar todos esos atributos que, a decir verdad, solo caben a Dios?

Quien se orienta por el poder, poco importa su calificativo, sea político, económico o religioso, obedece a esta lógica tan bien formulada por el gran teórico del poder que fue Hobbes:

«Señalo, como tendencia general de todos los hombres, un deseo continuo e incansable de poder y más poder, que cesa solo con la muerte. La razón de ello no reside en el placer más intenso que se espera, sino en el hecho de que el poder sólo puede asegurarse buscando todavía más poder».

Observo: todo esto no tiene nada que ver con el Papa Francisco que en su primer pronunciamiento dijo claramente que iba a conducir a la Iglesia no con el derecho canónico (canon 331) sino con el amor y el evangelio.

En el Cónclave reverbera también el tema del poder. Hay ultra-conservadores como los cardenales Robert Sarah de Guinea, el cardenal Leo Burke de USA y el cardenal Gerhard Müller de Alemania que postula una Iglesia extremadamente conservadora, una verdadera cisterna de aguas muertas. Están en contra de todas las reformas hechas y oficiales. Hay un buen número de conservadores que se empeñan en mantener las estructuras de la Iglesia como están, con la marginación de las mujeres y la obediencia de los demás cristianos. Les gustaría volver a la misa en latín con el sacerdote de espaldas al pueblo. Para asombro general, hay también una organización conspiratoria Red Hat Report financiada por católicos conservadores norteamericanos, por magnates ligados a Trump y al ultraconservador Brennan, que utiliza los servicios de la CIA y del FBI para recoger datos de la vida privada de cardenales progresistas con la intención de manipularlos y viciar el Cónclave. Su interés es evitar la elección de un Papa progresista, incómodo a la orientación del gobierno y preferir un conservador que esté afinado con las políticas autoritarias de la actual administración.

Hay toda una gama de orientaciones: algunos cardenales son más progresistas, en el sentido de caminar con el mundo moderno; otros progresistas más críticos con las modernidades recelan contaminar a los fieles con pensamientos poco alineados al cristianismo oficial. Hay otros francamente francisquistas, que optan por los pobres, defienden una moral más flexible con referencia a los divorciados, acogen a las personas de otra opción sexual, abiertos al diálogo con todos como hacía el Papa Francisco. Hay un poco de todo.

¿Como se conocerán los cardenales venidos de tantos países lejanos y con culturas diferentes? En la primera semana del Cónclave se discuten los problemas internos de la Iglesia y del mundo: identificar los desafíos más relevantes y suscitar la pregunta fundamental: ¿qué cardenal sería el más apto para asumir esa tarea ingente? Está el cardenal Tagle de Manila, totalmente en la línea del Papa Francisco de una Iglesia pobre y especialmente de los pobres. Está el cardenal Zuppi de Bologna que vive en una comunidad de cristianos, va a palacio en bicicleta, defiende claramente a todos los marginados de la sociedad y una Iglesia de todos sin discriminaciones. Está el cardenal Pietro Parolin, Jefe de Estado y muy amigo del Papa Francisco, un poco conservador en doctrina pero totalmente abierto a una Iglesia con los desafíos de la nueva fase planetaria.

¿Por dónde irá la opción de tantos cardenales con tantas líneas teológicas y pastorales? Nadie lo puede saber. Sin embargo, es conocida la hipótesis: cuando no se logra un cierto consenso ni siquiera entre los “papabili” se busca a alguien más discreto que sea capaz de dialogar con las distintas partes, apto para crear un consenso.

Sugiero el nombre del Cardenal de Manaus Leonardo Ulrich Steiner, franciscano y pariente del cardenal Don Paulo Evaristo Arns. Tiene buena experiencia mundial, habla con fluidez portugués, italiano y alemán, goza de una segura formación teológico-espiritual. Y lo más decisivo: es el único cardenal del inmenso bioma amazónico. La Amazonia, debido al clamor ecológico y al calentamiento global será con seguridad uno de los temas centrales en los debates de los cardenales. El cardenal Leonardo destacó por la defensa de los pueblos originarios, los ribereños y pueblos de la selva, fue duro contra el expresidente Bolsonaro por dejar morir a mucha gente de Covid-19, en especial por dejar los hospitales sin oxígeno.

Es de temperamento sereno y tierno, con una mirada profunda hacia las personas, especialmente a las que más sufren. ¿Podría ser tal vez la figura de consenso? Si lo fuera, no me admiraría si asumiese este nombre: Papa Francisco II.

Traducción de María José Gavito Milano

¿Qué nuevo Papa prolongará el legado del Papa Francisco?

Leonardo Boff*

El Papa Francisco escogió el día adecuado para ir a encontrarse con el  Señor: la Pascua, que es el comienzo de lo nuevo y una pequeña anticipación del fin bueno de la historia.

         Reproduzco en parte un artículo que escribí el día 1/2//2020 ”Papa Francisco, ¿una nueva genealogia de papas?” Creo que expresa el deseo de muchos cristianos de América Latina. Nuestra perspectiva es que el Papa Francisco emerge como el inaugurador de una nueva genealogía de Papas que vienen desde fuera de la vieja cristandad europea.

         En la Iglesia europea vive solo el 25% de los católicos. En las Américas el 65% y los restantes en varios continentes. El cristianismo europeo está agónico. Hay iglesias cerradas porque ningún fiel asiste a ellas. En las Américas se está consolidando un cristianismo-fuente y ya no más espejo de los europeos. Después de más de 500 años de presencia cristiana surgieron rostros nuevos de Iglesia, la Iglesia en la base de los fieles, obispos desposeídos, no viviendo más en palacios sino en medio del pueblo, curas que viven en las periferias, una serie enorme de movimientos laicos, que asumen su autonomía, y muchas religiosas que viven en el interior de la Amazonia. Con razón decimos que aquí está surgiendo una eclesiogénesis, es decir, la génesis de otro tipo de iglesia. Lógicamente todavía persiste mucho del viejo estilo romano de Iglesia. Pero no es esta la que lleva al futuro; no caracteriza otro estilo de Iglesia distinto del estrictamente tradicional.

         Veo las siguientes características del papado de Francisco de Roma. En primer lugar Francisco no es solo un nombre sino un proyecto de Iglesia: pobre y especialmente para los pobres, una Iglesia anunciadora de paz contra todo tipo de guerras que existen en el mundo, denunciadora de un sistema económico que mata, pues practica dos injusticias: destruye la naturaleza y oprime a la mayoría de la humanidad, una Iglesia que cuida de la creación como Casa Común. Escribió dos bellas encíclicas: Laudato si sobre el cuidado de la Casa Común (2020) y Fratelli tutti (2025). Especialmente en esta última presenta una alternativa al paradigma de la modernidad fundado en el poder/dominación y en el ser humano por encima y fuera de la naturaleza. Presenta como alternativa la fraternidad universal y el amor social, el ser humano dentro de la naturaleza y hermano y hermana de todos los demás seres, en particular de sus semejantes. En eso ve una posible salvación de la vida en la Tierra, “pues estamos todos en el mismo barco, o nos salvamos todos o no se salva nadie”.

         Francisco de Roma imitando al de Asís no va a vivir a los palacios pontificios. Elige una casa de huéspedes, Santa Marta, vive en un cuarto sencillo y otro más para recibir a la gente. Está más próximo de la gruta de Belén que del palacio de Herodes. Es un hombre entre otros hombres. Dice que en primer lugar es obispo de Roma y después Papa, que quiere conducir a la Iglesia con amor y no con el derecho canónico. Pide a los obispos, cosa inaudita, una pastoral de la ternura y de la acogida sin restricciones.

         El Papa Francisco “viene del fin del mundo”, de Argentina, con otra imagen de Iglesia, distinta de aquella de sus predecesores, una Iglesia que no sea un castillo, vuelta hacia dentro con su ortodoxia y su disciplina, y rodeada de enemigos, la cultura de la modernidad, sino una “Iglesia en salida” hacia los que están al margen, que sufren y se sienten marginados. Dice que quiere “una Iglesia hospital de campaña” que acoge a todos los heridos sin preguntar su religión, su moralidad, basta que sean humanos y necesitados.

         Francisco no es un Papa centrado en la ortodoxia, ni en la vigilancia de los dogmas y de la recta disciplina. Respeta esto pero dice abiertamente que con estas cosas no se llega al corazón humano. Tenemos que acercarnos con bondad, con sentido de compasión y de ternura. No se trata de convertir a los otros sino de seducirlos con el mensaje humanitario de Jesús. Repitió muchas veces: Cristo vino para enseñarnos a vivir el amor incondicional, la solidaridad, la compasión, el perdón, valores que componen su proyecto de Reino de Dios.

         El Papa Francisco se inscribe en el marco de la teología de la liberación de estilo argentino: liberar la cultura silenciada y al pueblo oprimido. Desde joven estudiante asumió esta teología asociada a una promesa que se hizo a sí mismo: ir a visitar, él solo, todas la semanas una villa miseria, entrar en las casas, conversar con la gente, animarlas y traerles la verdad de que Dios ama especialmente a los pobres, pues Dios está vivo y prefiere a aquellos que menos vida tienen. Recibe con cariño al fundador de la teología de la liberación, Gustavo Gutiérrez, a John Sobrino, a Pepe Castillo y también tenía muchas ganas de verme a mí. Importante: interrumpió el sínodo para recordar la muerte de Gustavo Gutiérrez de 96 años, gran servidor de los pobres. Quedamos en encontrarnos varias veces pero por problemas internos del Vaticano no fue posible. Pero tengo cartas cariñosas de él y una fotografía juntos, cuando estuvimos en Buenos Aires en 1972 dando conferencias.

         Hecho cardenal, vivía solo en un pequeño apartamento, cocinaba su comida, prescindió del palacio y del automóvil. Iba a pie o se desplazaba en metro o en bus, salía a comprar su periódico.

         Tema central de su predicación es la misericordia infinita de Dios. Dice que la condenación es solo para este mundo, pues Dios no puede perder a ningún hijo o hija que ha creado por amor, pues nadie puede imponer límites a su misericordia que va más allá de la justicia. Insiste: no prediquen el evangelio con el miedo y con la amenaza del infierno. Cristo bien dijo en el evangelio de san Juan: “si alguien viene a mí, yo no le diré que se vaya”. Acoge a todos independientemente de su condición sexual. Un niño que se revela al Papa como homoafetivo, oye esta respuesta: “Dios te quiso así. Dios te ama y yo también de amo”. Efectivamente hace del mensaje cristiano una realidad liberadora que humaniza y hace alegre la vida y no una pesadilla con miedo al fuego del infierno.

          Me atrevo a pensar que, dado que la mayoría de los católicos viven fuera de la galaxia europea, los Papas, después del Papa Francisco, serán elegidos de las Iglesias nuevas, capaces de dialogar con las demás religiones y de vivir la nueva situación de la humanidad, habitando la única Casa Común.

         ¿Quién sabe si el único obispo de la Amazonia, el cardenal Leonardo Ulrich Steiner, franciscano, no podría ser la gran sorpresa, nombrado Papa con el nombre de Francisco II? En todo caso, junto con otros caminos espirituales, ayudará a mantener encendida la llama interior de la espiritualidad natural, la alimentará, la cultivará e impedirá que lo más sagrado del ser humano sucumba junto con su Casa Común.

*Leonardo Boff ha escrito Francisco de Asís y Francisco de Roma: una nueva primavera en la Iglesia, Madrid, Trotta 2013.

Há conflitos no Conclave: Respingam os conflitos do mundo

Leonardo Boff

Vivemos num turbilhão de conflitos e ameaças como raramente houve na história humana. Dois fatos escandalosos nos enchem de indignação e vergonha: o genocídio a céu aberto que continua na feroz guerra que Netanyahu move contra o povo palestino na Faixa de Gaza. Tal crime contra a humanidade é perpetrado por uma coligação de forças cujas raízes se encontram no Cristianismo: a comunidade europeia e um ex-presidente católico Joe Biden e outro que se apresenta também como católico,da mais perversa espécie,Donald Trump. Os futuros manuais de história (se houver ainda história) será implacável contra essa inominável crueldade.

O outro fato, não se sabe se é mais ridículo que uma piada sem graça, ou é uma afirmação verdadeira: Donald Trump proclama-se presidente eleito dos EUA e do mundo, repito, presidente do mundo. Temos a impressão de que estamos nos tempos da decadência dos imperadores romanos, a maioria ensandecidos, que eram capazes de tais estultícies.

Trump está levando uma guerra contra toda a humanidade, pois rompeu com todos, amigos e inimigos e quer se impor como senhor do mundo, sem qualquer chance de ganhar pois a humanidade é sábia e saberá como defender-se de tal arrogância.

Refiro tais eventos sinistros porque estamos em contexto de um Conclave de Cardeais, reunidos para escolherem o sucessor do Papa Francisco. Não sejamos ingênuos: lá dentro,fechados à chave,  a despeito da presença misteriosa do Espírito Santo, emergem também conflitos. Eles de certa maneira são naturais, porque a Igreja Católica como instituição religiosa se organiza não ao redor do livro dos Evangelhos, mas ao redor da sacra potestas  (do poder sagrado). Desde o século III a categoria central que monta a institucionalidade eclesial é o poder, herdado dos imperadores romanos. E isso continua até hoje a ponto de ser o pequeno Estado do Vaticano, a única monarquia absolutista subsistente.Veja o que o direito canônico diz do Cabeça da Igreja, no cânon 331:”O Pastor da Igreja Universal (o Papa) tem na Igreja o poder ordinário, supremo, pleno, imediato e universal”.Esse poder é acrescido ainda, mais tarde, com a característica de ser o Papa infalível em questões de doutrina e moral. Pode um ser humano mortal e pecador como todos carregar todos esses atributos que,na verdade, cabem só a Deus?

Quem se orienta pelo poder, pouco importa seu qualificativo, se político, econômico ou religioso obedece esta lógica tão bem formulado pelo grande teórico do poder que foi Hobbes:

“Assinalo, como tendência geral de todos os homens, um perpétuo e irrequieto desejo de poder e de mais poder, que cessa apenas com a morte. A razão disso não reside num prazer mais intenso que se espera, mas no fato de que não se pode garantir o poder senão buscando mais poder ainda”. Observo: tudo isso nada tem a ver com o Papa Francisco que em seu primeiro pronunciamento disse claramente que iria conduzir a Igreja não pelo direito canônico (cânon 331) mas pelo amor e pelo evangelho.

No Conclave reverbera também o tema do poder. Há os ultra-conservadores como os Cardeais Robert Sarah da Guiné, o Card. Leo Burke dos EUA e o Card.Gerhad Müller da Alemanha que postulam uma Igreja extremamente conservadora,uma verdadeira cisterna de águas mortas. São contra todas as reformas já feitas e oficiais. Há um bom número de conservadores que se empenham em manter as estruturas da Igreja como estão, com a marginalização das mulheres e a obediência dos demais cristãos. Gostariam voltar à missa em latim e o padre de costas para o povo. Para espanto geral, há ainda uma organização conspiratória Red Hat Report financiada por católicos conservadores norte-americanos, por magnatas ligados a Trump e ao ultra-conservador Bennan,utilizando os serviços da CIA e do FBI para levantar os dados da vida privada de Cardeais progressistas, com o intento de manipulá-los e viciar o Conclave. Seu interesse é evitar a eleição de um Papa progressista, incômodo à orientação do governo e preferir um conservador que estivesse afinado às políticas autoritárias da atual administração.

E há toda uma gama de orientações: alguns Cardeais são mais progressistas no sentido de caminhar com o mundo moderno, outros progressistas mas críticos às modernidades com receio de contaminar os fiéis com pensamentos pouco alinhados ao cristianismo oficial. Há outros francamente francisquistas que optam pelos pobres, defendem uma moral mais flexível com referência aos divorciados, que acolhem pessoas com outra opção sexual, abertos ao diálogo com todos como fazia o Papa Francisco. Há um pouco de tudo.

Como se conhecerão os cardeais vindos de tantos países longínquos e com culturas diferentes? Na primeira semana do Conclave se discutem os problemas internos da Igreja e do mundo: identificar os desafios mais relevantes e suscitar a pergunta fundamental: qual dos Cardeais seria o mais apto para assumir essa tarefa ingente? Há o Card Tagle de Manila, totalmente na linha do Papa Francisco de uma Igreja pobre e especialmente dos pobres. Há o Card.Zuppi de Bologna que vive numa comunidade de cristãos, vai ao palácio de bicicleta e que claramente defende a todos os marginalizados da sociedade e defende uma Igreja de todos sem qualquer discriminação. Há o Card Pietro Parolin, Secretário de Estado e amicíssimo do Papa Francisco, um pouco conservador em doutrina mas totalmente aberto a uma Igreja aos desafios da nova fase planetária.

Por onde irá a opção de tantos Cardeais com tantas linhas teológicas e pastorais? Ninguém pode saber. No entanto conhece-se a hipótese: quando não se chega a um certo consenso nem entre os “papabili”procura-se alguém mais discreto, capaz de dialogar com as várias partes, apto a criar um consenso.

Sugiro o nome do Cardeal de Manaus Leonardo Ulrich Steiner, franciscano e parente do Card. Dom Paulo Evaristo Arns. Possui boa experiência mundial, é corrente em português, italiano e alemão, goza de uma segura formação teológico-espritual. E o mais decisivo: é o único Cardeal do imenso bioma amazônico. A Amazônia, devido ao clamor ecológico e o aquecimento global,seguramente será um dos temas centrais nos debates entre os Cardeais. O Card. Leonardo notabilizou-se pela defesa dos povos originários, dos ribeirinhos e povos da floresta, foi duro contra o ex-presidente Bolsonaro por deixar morrer muitos de Covid-19 especialmente deixando os hospitais sem oxigênio. Por temperamento é sereno e terno e seu olhar é profundo sobre as pessoas, especilmente as que mais sofrem. Quem sabe, não será a figura de consenso? Se for, não me admiraria se assumisse o seguinte nome: Papa Francisco II.

Que o Espírito sopre nessa direção e repouse sobre esse Cardeal.

Leonardo Boff escreveu Francisco de Assis e Francisco de Roma: a irrupção da primavera na Igreja, Rio de Janeiro/Petrópolis 2013.

Que novo Papa  prolongará  o legado do Papa Francisco?

Leonardo Boff

O Papa Francisco escolheu o dia certo para fazer seu encontro com o Senhor: a páscoa que é o começo do novo e é uma pequena antecipação do fim bom da história.

         Reproduzo em parte um artigo que escrevi no dia 1/2//2020 ”Papa Francisco, uma nova genealogia de papas”? Creio que  expressa o desejo de muitos cristãos da América Latina. A nossa perspectiva é que o Papa Francisco emerge como o inaugurador de uma nova genealogia de Papas que vêm fora da velha cristandade europeia.

Na Igreja europeia vivem apenas 25% dos católicos. Nas Américas 65% e o restante nos vários continentes. O cristianismo europeu é agônico. Há igrejas fechadas porque nenhum fiel a frequenta. Nas Américas está se consolidando um cristianismo-fonte e não mais espelho dos europeus. Depois de mais de 500 anos de presença cristã surgiram rostos novos de Igreja, a Igreja na base dos fiéis, bispos despojados não mais morando em palácios e no meio do povo, padres que moram nas periferias,uma série enorme de movimentos leigos, que assumem sua autonomia e muitas religiosas vivendo no interior da Amazônia. Com razão dizemos que aqui está surgindo uma eclesiogênese, vale dizer, a gênese de outro tipo de igreja. Logicamente persiste muito ainda o velho estilo romano de Igreja. Mas não é ela que leva o futuro; ela não caracteriza um outro estilo de Igreja, diverso daquele estritamente tradicional.Vejo as seguintes características do papado de Francisco de Roma.

         Em primeiro lugar Francisco não é apenas um nome mas um projeto de Igreja: pobre e especialmente para os pobres,uma Igreja, anunciadora da paz contra todo tipo de guerras que existem no mundo, denunciadora de um sistema econômico que mata, pois pratica duas injustiças: devasta a natureza e oprime a maioria da humanidade, uma Igreja que cuida da criação como Casa Comum. Escreveu duas belas encícliclas:”sobre cuidado da Casa Comum(2020 e Fratelli tutti (2025). Especialmente nesta última apresenta uma alternativa ao paradigma da modernidade fundado no poder/dominação e do ser humano acima e fora da natureza. Apresenta como alternativa a fraternidade universal e o amor social  sendo o ser humano dentro da natureza e irmão e irmão de todos os demais seres particularmente de seus semelhantes. Nisso vê uma possível salvação da vida na Terra, “pois estamos todos no mesmo barco, ou nos salvamos todos ou ninguém se salva”.

         Francisco de Roma imitando o de Assis não vai morar nos palácios pontifícios. Escolhe uma casa de hóspedes, Santa Marta, mora num quarto simples e outro para receber as pessoas.Está mais próximo da gruta de Belém do que do palácio de Herodes. É um homem entre outros homens. Diz que antes de tudo é bispo de Roma e depois Papa que quer conduzir a Igreja com amor e não com o direito canônico. Pede aos bispos, coisa inaudita, uma pastoral da ternura e da irrestrita acolhida.

         O Papa Francisco “vem do fim do mundo”, da Argentina, com outra imagem de Igreja, diversa daquela de seus predecessores, uma Igreja que não é um castelo, voltada para dentro com sua ortodoxia e disciplina e cercada de inimigos, a cultura da modernidade,mas uma “igreja em saída” na direção dos que estão à margem,que sofrem e se sentem marginalizados. Diz que quer “uma Igreja tenda de campanha” que acolhe a todos os feridos sem perguntar por sua religião, sua moralidade, basta que sejam humanos e necessitados.

         Francisco não é uma Papa centrado na ortodoxia, na vigilância dos dogmas e da reta disciplina. Respeita esta formulação mas abertamente diz que com tais coisas não se chega ao coração humano. Precisamos acercar-nos com bondade, com sentido de compaixão e de ternura. Não se trata de converter os outros mas seduzi-los pela mensagem humanitária de Jesus. Repetiu muitas vezes: Cristo veio para ensinar-nos a viver, o amor  incondicional, a solidariedade, a compaixão,o perdão, valores que compõem seu projeto de Reino de Deus.

         O Papa Francisco se inscreve nos quadros da teologia da libertação de estilo argentino: libertar a cultura silenciada e o povo oprimido. Desde jovem estudante assumiu esta teologia associada a uma promessa que fez a si mesmo: toda semana visitar sozinho uma favela (“vila miseria”), entrar nas casas das pessoas, conversar com elas, animá-las e trazer-lhe a verdade de que Deus ama especialmente os pobres, pois Deus é vivo e prefere aqueles que menos vida têm. Recebe com carinho o fundador da teologia da  libertação, Gustavo Gutiérrez, John Sobrino, Pepa Castillo e queria tanbém muito me ver. Importante: interrompe o sínodo para lembrar a morte de Gustavo Gutiérrez de 96 anos, grande servidor dos pobres. Marcamos pessoalmente por várias vezes um encontro mas problemas internos do Vaticano o impossibilitaram. Mas tenho cartas carinhosas dele além de uma fotografia juntos, quando dávamos palestras em Buenos Aires em 1972.

         Feito Cardeal,vive sozinho num pequeno apartamento, cozinha sua comida, dispensou o palácio e o carro. Vai a pé ou se desloca de metrô ou de ônibus, compra seu próprio jornal.

         Tema central de sua pregação é a misericórdia infinita de Deus. Diz que a condenação é só para esse mundo, pois Deus não pode perder nenhum filho e filha que criou no amor, pois ninguém pode impor limites à sua misericórdia que vai além da justiça. Insiste: não preguem o evangelho com o medo e com a ameaça do inferno. Cristo bem disse no evangelho de São João: “se alguém vem a mim eu ou não mandarei embora”. Acolhe a todos independente de sua condição sexual. A um menino que se revela ao Papa como homoafetivo, ouve a resposta: “Deus te quis assim. Deus te ama e eu também de amo”. Efetivamente torna a mensagem cristã uma realidade libertadora que humaniza e torna alegre e leve a vida e não um pesadelo com medo do fogo do inferno.

         Ouso pensar que pelo fato da maioria os católicos viverem fora da galáxia europeia, a partir do Papa Francisco serão eleitos Papas das Igreja novas, capazes de dialogar com as demais religiões e viver a nova situação da humanidade, habitando a única Casa Comum. Quem sabe, se o único bispo da Amazônia, Card.Leonardo Ulrich Steiner, franciscano, não poderia ser a grande surpresa, nomeado Papa com o nome de Francisco II? E todos os modos junto com outros caminhos espirituais ajudará a manter acesa a chama interior da espiritualidade natural, a alimentará, a cultivará e impedirá que o mais sagrado do ser humano sucumba junto com sua Casa Comum (1/2/2020).

Leonardo Boff escreveu: Francisco de Assis e Francisco de Roma: uma nova primavera na Igreja  Rio de Janeiro 2015 (aquisição com o autor por e-mail: contato@leonardoboff.eco.br).