Leonardo Boff
El libro La imitación de Cristo y el seguimiento de Jesús es el libro más leído en la cristiandad después de la Biblia. De él se han hecho más de dos mil ediciones. Solamente en el British Museum existen cerca de cien mil ejemplares.
El autor es Tomás de Kempis (1308-1471), un maestro de novicios (aquellos que se preparan para entrar en una Orden o Congregación religiosa) durante toda su vida. Resumió las clases que daba a estos jóvenes, según la espiritualidad de la época, que era la Devotio Moderna vivida en los claustros, pero también entre los laicos. Esta espiritualidad se caracterizaba fundamentalmente por la búsqueda seria de la vida interior, enfocada hacia el encuentro y el diálogo con Cristo, centrándose especialmente en su cruz, pasión y muerte. En ella separaban fuertemente Dios y mundo, espíritu y materia, tiempo y eternidad, con cierto menosprecio de las realidades terrenales, de sus atractivos y de sus placeres.
No obstante las limitaciones del dualismo, Tomás de Kempis, mejor que cualquier psicoanalista, entendió los laberintos más oscuros del alma humana, las solicitaciones del deseo, las angustias que produce, pero indicó también caminos de cómo enfrentarlos, confiados siempre en la gracia de Dios, en la misericordia de Jesús, en el completo despojamiento de sí mismo y el desapego de las cosas de este mundo.
Demuestra tener siempre los pies en la tierra. El tema del despojamiento de sí mismo y de todos los apegos del “yo” adquieren relevancia especial hasta el punto de atraer la atención de psicólogos como Sigmund Freud y Carl Gustav Jung, y también del filósofo Martin Heidegger. Aquí se encuentra el presupuesto para la perfecta libertad.
En el capítulo 5 del libro III hace el elogio del amor de una forma tan profunda, elegante e entusiasta, que se empareja con lo que san Pablo escribió sobre el amor en la Primera Carta a los Corintios (13,1-13). Busca siempre consolar al fiel en sus padecimientos, destacando la alegría inaudita de la intimidad con Cristo, y al final la recompensa que le está preparada en la eternidad.
Toda la Imitación de Cristo está dividida en cuatro partes (libros):
Recomendaciones útiles para la vida interior (I); Consejos para la vida interior (II); La consolación interior (III); El sacramento del altar (IV). La Imitación viene elaborada en pequeños tópicos. Jesús se dirige siempre de forma afectuosa: hijo mío, hija mía querida, hablando a la profundidad del alma.
El libro es tan inspirador que es práctica antigua de muchos cristianos abrir aleatoriamente el libro y leer uno de los tópicos. Cosa sorprendente: en general es una palabra iluminadora del problema que la persona está viviendo o sufriendo. Por eso es siempre leído y releído, a semejanza de un I-Ching, en el sentido de buscar luz para el camino.
En el esfuerzo de superar el dualismo propio de la época, y debido a la importancia de la Imitación para la espiritualidad de todos los tiempos, me dediqué a hacer una nueva traducción partiendo del original latino de 1441, con una particularidad: tomando como referencia la teología oficial, especialmente consignada en el Concilio Vaticano II (1962-1965) y también en los documentos oficiales de la Conferencia Latinoamericana de Obispos (CELAM), como los de Medellín (1968), Puebla(1979) y Aparecida (2007), que articulan el cielo con la tierra, la espiritualidad con la cotidianidad, intenté superar este dualismo. Manteniendo la intención original, puse una “y” donde Tomás de Kempis pone una “o”. Así, amar los bienes celestes sin despreciar los terrenales.
Para terminar, me atreví a añadir un quinto libro sobre el seguimiento de Jesús, más adecuado al cristianismo comprometido con la vida, la justicia y la dignidad de las personas.Imité el estilo de hablar de Tomás de Kempis y la forma afectuosa de Jesús. Si en la Imitación de Cristo se subraya especialmente la divinidad de Cristo, su misterio y su cercanía por el amor y la misericordia, en el Seguimiento se acentúa la práctica del Jesús histórico, sin por eso negar su dimensión divina, su sensibilidad con los que sufren y su actitud profética frente a la piedad farisaica de la época, insensible al grito de los oprimidos, y frente a la arrogancia de los poderosos.
Su propósito no fue crear una nueva religión con fieles piadosos, sino inaugurar el hombre y la mujer nuevos, comprometidos con la ética del amor incondicional y de la fraternidad sin fronteras.
Vertí mi texto con la visión que nos viene de las ciencias de la vida, de la Tierra y del universo, la nueva cosmología, confiriendo contemporaneidad a nuestra experiencia de Dios (cf. edición de Vozes 2016). Es la Devotio Moderna del siglo XXI.
Vale la pena leer y meditar la Imitación de Cristo y el Seguimiento de Jesús pues puede reafirmarnos en el cuidado de la vida de todos los humanos y de la propia naturaleza.
Termino con una frase que abrí aleatoriamente y parece dirigida a nuestra situación. Allí estaba: “Busca tiempo adecuado para cuidar de ti mismo… es preferible quedarse en casa que estar en la calle sin el debido cuidado” (libro I cap.20).
Leonardo Boff, teólogo y traductor de la Imitación de Cristo y autor de un V libro añadido: El seguimiento de Jesús, Vozes 2015.
Traducción de Mª José Gavito Milano
Favor colocar os textos em português fica mais fácil pra ler
Obrigado!
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