La dimensión política de la fe hoy

Leonardo Boff

La fe no es un acto al lado de otros actos. Es una actitud que engloba todos los actos, a toda la persona, el sentimiento, la inteligencia, la voluntad y las opciones de vida. Y una experiencia originaria de encuentro con el Misterio que llamamos Dios vivo y con Jesús resucitado y con el Espiritu. Ese encuentro cambia la vida y la forma de ver todas las cosas. Por la actitud de fe vemos que todo está ligado y religado a Dios, como Aquel Padre/Madre que ha creado todo, acompaña todo y atrae todo para que todos puedan vivir con espíritu fraterno, con cuidado de unos a otros y con cuidado de la naturaleza. Este amor social constituye el mensaje central de la nueva encíclica del Papa Francisco Fratelli tutti. La fe no solo es buena para la eternidad, lo es también para este mundo.

En este sentido, la fe engloba también la política con P mayúscula (política social) y con p minúscula (política partidaria). Siempre se puede preguntar: ¿en qué medida la política, ya sea social o partidaria, es instrumento para la realización de los bienes del Reino como el amor social, la fraternidad sin fronteras, la justicia personal y social, la solidaridad y la tolerancia? En qué medida la política crea las condiciones para que las personas se abran a la cooperación y no se devoren unas a otras mediante la competición sino en comunión unos con otros y con Dios. Esta es llamada en la reciente encíclica del Papa Francisco Fratelli tutti “la Política Mejor” que incluye el corazón y también la ternura y la gentileza, como de forma sorprendente se dice en ella.

La fe como una bicicleta

La fe no es sólo una experiencia personal de encuentro con Dios y con Cristo en el Espíritu. Se traduce concretamente en la vida. Es como una bicicleta, tiene dos ruedas a través de las cuales se vuelve concreta: la rueda de la religión y la rueda de la política.

      La rueda de la religión se realiza mediante la meditación, la oración, las celebraciones, la lectura de la Biblia, incluso la popular, las peregrinaciones, los sacramentos, en una palabra, por el culto.

Muchos reducen la religión solo a esta rueda, especialmente las cadenas de televisión católicas. Estas son generalmente de un cristianismo meramente devocional, de misas, santos, rosarios y de ética familiar. Casi nunca se habla de justicia social, del drama de los millones de desempleados, del grito de los oprimidos ni del grito de la Tierra. En este campo hay que comprometerse, tomar partido, para escapar del cinismo ante una realidad con tantas iniquidades. Este tipo de cristianismo hace difícil entender por qué Jesús fue preso, torturado, juzgado y condenado a muerte en una cruz. Este tipo de cristianismo es un cristianismo cómodo como si Jesús hubiera muerto de viejo y rodeado de seguidores.

Más grave es el tipo de fe proclamada por las iglesias neo-pentecostales con sus televisiones y sus programas multitudinarios. Allí no se escucha nunca el mensaje del Reino de amor, de justicia, de fraternidad y de perdón. Nunca se escucha la palabra fundamental del Jesús histórico: “Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios… ¡ay de vosotros, ricos, porque ya tuvisteis vuestro consuelo!” (Lc 6,20.24). En su lugar, se vuelve a un tipo de lectura del Antiguo Testamento (raramente la tradición profética) donde se destacan los bienes materiales. No predican el evangelio del Reino, sino el evangelio de la prosperidad material.

La mayoría son pobres y lógicamente necesitan una infraestructura material básica. Es el hambre real que martiriza a millones de creyentes. Pero “no sólo de pan vive el hombre”, dijo el Maestro. El ser humano tiene fundamentalmente otro tipo de hambre: hambre de reconocimiento negado a las mujeres, a los más humildes, a los negros, a los homoafectivos, a los LGBT, hambre de belleza, de trascendencia, hambre de un Dios vivo que es un Dios de ternura y amor hacia los más invisibles. Todo esto, esencia del mensaje del Jesús histórico, no se escucha en las palabras de los pastores. La mayoría de ellos son lobos con piel de oveja, ya que explotan la simple fe de los más humildes para su propio beneficio. Y lo peor es que son políticamente conservadores y hasta reaccionarios, actúan de forma partidista, normalmente, apoyando a políticos de conducta dudosa, interfiriendo, como ocurre hoy en Brasil, en la agenda del gobierno, indicando nombres para altos cargos. No respetan la Constitución que prescribe la laicidad del Estado. El actual presidente, que una vez fue católico, se aprovecha por conveniencia de estas iglesias neo-pentecostales como base de apoyo para su gobierno de sesgo reaccionario, autoritario y fascistoide.

Junto a ellos, hay un grupo de católicos nostálgicos del pasado, conservadores que se oponen incluso al Papa, al Sínodo Pan-Amazónico, usando verdaderas mentiras, noticias falsas(fake news) y otros ataques por medio de sus youtubes. Pueden ser católicos conservadores, pero nunca cristianos según la herencia de Jesús, porque en esa herencia no cabe el odio, las mentiras y las calumnias que difunden.

La rueda de la política, la segunda, es su lado práctico. La fe se expresa mediante la práctica de la justicia, la solidaridad, la denuncia de la opresión, la protesta y la práctica de la solidaridad sin fronteras, el amor social y la fraternidad universal, como subraya el Papa en Fratelli tutti (n.6). Como puede verse, la política aquí es sinónimo de ética.

Tenemos que aprender a equilibrarnos en ambas ruedas para poder andar correctamente.

Entre los que viven una ética de solidaridad, de respeto y de búsqueda de la verdad, hay muchos que se confiesan ateos. Admiran la figura de Jesús por su profunda humanidad y su coraje para denunciar los males sociales y, por eso, sufrir persecución y ser crucificado. El Papa Francisco lo enfatiza bien: prefiero estos ateos éticos a los cristianos que son indiferentes al sufrimiento humano y a las clamorosas injusticias del mundo. Aquellos que buscan la justicia y la verdad están en el camino que termina en Dios, porque su verdadera realidad divina es de amor y de verdad. Tales valores valen más que las muchas oraciones si en ellas no están presentes la justicia, la verdad y el amor. El que es sordo ante los sufrimientos humanos no tiene nada que decir a Dios y sus oraciones no son escuchadas por Él.

En las Escrituras judeocristianas la rueda de la política (ética) aparece más importante que la rueda de la religión institucional (culto, cf. Mt 7:21-22; 9:13; 12:7; 21:28-31; Gál 5:6; Stg 2:14 y los profetas del AT). Sin ética, la fe es vacía e inoperante. Son las prácticas y no las prédicas lo que cuenta para Dios. De nada sirve decir “Señor, Señor” y organizar así toda una celebración y una aeróbica religiosa; más importante es hacer la voluntad del Padre que es amor, misericordia, justicia y perdón, todas cosas prácticas, por lo tanto, éticas (cf. Mt 7,21).

Por ética en la política se entiende la dimensión de responsabilidad, la voluntad de construir relaciones de participación y no de exclusión en todos los ámbitos de la vida social. Significa ser transparente y aborrecer la corrupción. Hoy en día, problemas como el hambre, el desempleo, el deterioro general de las condiciones de vida y la exclusión de las grandes mayorías son de naturaleza social y política, y por lo tanto éticos. Aquí la fe debe mostrar su poder de movilización y transformación (Fratelli tutti n.166)

Política social (P) y política partidaria(p)

Como dijimos anteriormente, hay dos tipos de política: una escrita con P mayúscula y otra con p minúscula: Política social (P) y política partidaria (p). 

Política social (P): es todo lo que concierne al bien común de la sociedad, o bien es la participación de las personas en la vida social. Por ejemplo, la organización de la salud, la red escolar, el transporte, la apertura y el mantenimiento de las calles, el agua y el alcantarillado, etc. tiene que ver con la política social, así como la lucha por conseguir un puesto de salud en el barrio, reunirse para llevar la línea de autobuses hasta arriba del monte: todo esto es política social. Definiéndolo brevemente podemos decir: política social o política con P mayúscula es la búsqueda común del bien común.

Política partidaria (p): es la lucha por el poder del estado, para conquistar el gobierno municipal, estatal y federal. Los partidos políticos existen para alcanzar el poder del estado, ya sea para cambiarlo (proceso libertario) o para ejercerlo tal como está constituido (para gobernar el statu quo existente). El partido, como la misma palabra dice, es parte y parcela de la sociedad, no toda la sociedad. Cada partido tiene detrás los intereses de grupos o clases que elaboran un proyecto, dirigido a toda la sociedad. Si llegan al poder del estado (gobierno) dirigirán las políticas públicas de acuerdo con su programa y su visión particular de los problemas.

En cuanto a la política de partidos, es importante que la persona de fe considere los siguientes puntos:

          – ¿Cuál es el programa del partido?

          – ¿Cómo entra el pueblo en este programa? Si se ha discutido a nivel de base; si satisface las demandas reales y urgentes del pueblo; si prevé la participación popular a través de sus movimientos y organizaciones; si se le ha escuchado en su concepción, implementación y control.

         – ¿Quiénes son los candidatos que representan el programa?

-Qué biografía tienen, si siempre han mantenido un vínculo orgánico con las bases, si son verdaderos aliados y representantes de las causas de la justicia y la transformación social con más justicia y derechos, o si quieren mantener las relaciones sociales tal como están, con las contradicciones e incluso con las iniquidades que encierran.

Hoy en día, ante la ascensión del pensamiento conservador y fascistoide en Brasil y en otros países del mundo, es necesaria la participación de cristianos conscientes y comprometidos para recuperar la democracia en riesgo de ser demolida, los derechos personales y sociales y también los derechos de la naturaleza, devastada por la codicia del capital brasileño y mundial, responsable, entre otros, de los grandes incendios de la Amazonia y del Pantanal.

Estos sencillos criterios bastan para comprender el perfil del partido y de los candidatos, de derecha (si quieren mantener inalterada la relación de fuerzas que favorece a los que están en el poder); de izquierda (si pretenden cambios sustanciales para superar las estructuras perversas que marginan a las grandes mayorías), o de centro (los partidos que equilibran la izquierda y la derecha, buscando siempre ventajas para ellos mismos y para los grupos que representan).

Para los cristianos, es necesario analizar en qué medida estos programas están en sintonía con el proyecto de Jesús y los apóstoles, cómo ayudan a la liberación de los oprimidos y marginados, y en qué sentido abren espacio para la participación de todos. Pero es importante destacar: la decisión partidista es un asunto de cada conciencia y un cristiano sabe qué dirección tomar.

Dada la coyuntura de exclusión social debida a la lógica del neoliberalismo, la financiarización de la economía y el mercado, la fe apunta a una política partidaria que debería revelar una dimensión popular y libertaria, de abajo hacia arriba y de dentro hacia fuera, como ha proclamado el Papa Francisco a los movimientos sociales populares y en la encíclica Fratelli tutti (n.141-151). Esta política apunta a otro tipo de democracia: no sólo la democracia representativa/delegada, sino una democracia participativa por la cual el pueblo con sus organizaciones ayuda a discutir, decidir y orientar los asuntos sociales.

Por último, es importante inaugurar una democracia socio-ecológica que incorpore como ciudadanos con derechos a ser respetados a la Tierra, a los ecosistemas y a los seres de la creación con los que tenemos vínculos de interdependencia. Todos somos “Fratelli tutti” según las dos encíclicas del Papa Francisco, Laudato Sì: sobre el cuidado de la Casa Común“de 2015 y la reciente de 2020 Fratelli tutti.

La política partidaria, tiene que ver con el poder, que para ser fuerte quiere tener siempre más poder. En esto hay un riesgo, el riesgo del totalitarismo de la política, de politizar todas las cuestiones, de ver sólo la dimensión política de la vida. Contra esto debemos decir que todo es político, pero la política no lo es todo. La vida humana, personal y social, aparece con otras dimensiones, como la afectiva, la estética, la lúdica y la religiosa.

                         Conclusión: la memoria peligrosa de Jesús

Los cristianos pueden y deben participar en la política a todos los niveles, con P mayúscula y con p minúscula. Su acción se inspira en el sueño de Jesús, que implica un impulso de transformación de las relaciones sociales y ecológicas, presentado con valentía en la encíclica Fratelli tutti. Sin embargo, no debemos olvidar nunca que somos herederos de la memoria peligrosa y libertaria de Jesús. Debido a su compromiso con el proyecto del Reino del amor, de justicia, de intimidad filial con el Padre y, específicamente, debido a su compasión con los humillados y ofendidos, fue llevado a la muerte en la cruz. Resucitó para, en nombre del Dios de la vida, animar la insurrección contra una política social y partidista que penaliza a los más pobres, elimina a los profetas y persigue a los predicadores de una mayor justicia, y para fortalecer a todos los que quieren una sociedad nueva con una relación de hermandad y cuidado hacia la naturaleza, con todos los seres, amados como seres humanos, y con el Dios de ternura y de bondad.

*Leonardo Boff es teólogo, filósofo y ha escrito Brasil: concluir la refundación o prolongar la dependencia, Vozes, Petrópolis 2019.

Traducción de Mª José Gavito  Milano

Publicidade

7 comentários sobre “La dimensión política de la fe hoy

  1. Un saludo. Nos gustaría contactarlo de la Cooperativa Confiar en la ciudad de Medellín para hacerle una invitación. ¿Hay algún correo al que podamos escribirle? Muchas gracias.

    Curtir

  2. Leonardo, em primeiro lugar quero dizer que gostei muito do seu texto e gosto muito de tudo o que escreve. Seus escritos são muito mais sagrados para mim do que todo o Antigo Testamento. Porém, Leonardo, eu penso que algumas coisas poderiam ser melhor elaboradas. Por exemplo, eu tenho convicção de que a Teologia da Libertação precisa de uma carta de independência em relação ao marxismo. Porque o marxismo não luta por direitos, por uma melhora na qualidade de vida do povo, por um regime democrático e um Estado de direito. Os verdadeiros marxistas acreditam somente na revolução violenta, eles desprezam a democracia. Pode parecer uma simplificação o que eu vou dizer, mas não é: para o verdadeiro marxista, os fins justificam os meios. Não importa o número de mortos, não importam campos de concentração, se apenas isso pudesse levar à imaginária emancipação do proletariado. Mas o proletariado nunca se emancipará por essas vias! E eu percebo, Leonardo, que você tem essa compreensão, você defende o caminho da paz, mas você é diplomático demais com o marxismo e com o ateísmo. Não dá para dizer que marxistas ateus podem na prática estar próximos de Jesus…a visão cristã é totalmente diferente do marxismo. E quando se joga fora a Deus, se joga fora o amor ao próximo junto, tanto é que se pode mesmo chegar a pensar que os fins justificam os meios, que Lenin estava certo, que Trotsky estava certo, ou até mesmo que Stálin estava certo, Mao Tse Tung, Pol Pot, etc…Então Leonardo, eu vejo que você direciona os seus escritos para a cristandade. Mas me parece faltar um lado dirigido à evangelização dos ateus e marxistas. É preciso mostrar que crer em Jesus faz a diferença. É preciso mostrar que as opções práticas dos cristãos socialmente engajados não podem ser as mesmas dos marxistas! É preciso mostrar o cristianismo como um caminho independente, que pode até usar essa ou aquela ferramenta analítica da sociologia marxista, mas nunca aceitar a ideologia integral do marxismo. Eu vejo tantos cristãos de esquerda se confundirem com o marxismo! Para mim isso é um erro, Leonardo. Eu penso que não é o seu caso, tanto é que você opta pelo PT, não pelo PSOL, ou PSTU, ou PCB. Mas muitos cristãos podem não perceber essa grande diferença, e os caminhos da Teologia da Libertação muitas vezes se confundiram com os do marxismo. Era isso, Leonardo! Forte abraço.

    Curtir

  3. E mais, Leonardo…o ateísmo marxista é antirreligioso. Eles abominam a religião. Por isso na prática não têm as referências éticas que só podem vir de Deus. Vivem caçoando dos cristãos! São antidemocráticos, antipetistas…eu sei porque eu vim dessa experiência! Eu fui esse marxista junto com meus colegas de faculdade. E depois quando eu me tornei cristão, influenciado também pelos seus escritos, eu percebi que era uma verdadeira revolução na minha vida. Eu não virei cristão para ser o mesmo. Modificou totalmente a minha visão de mundo, minha experiência de vida, hoje eu sou feliz, antes eu era infeliz, porque um ateu só pode ser infeliz mesmo, vive em busca das felicidades mundanas e a verdadeira felicidade não é desse mundo! Então Leonardo, voltando à sua metáfora da bicicleta, eu acho que é uma excelente metáfora. Mas acho que você enfatiza muito mais a segunda roda, e a primeira roda também é essencial! E é preciso enfatizar a primeira roda para converter. Se enfatizamos só a segunda roda, por que um ateu vai se interessar pelo cristianismo? Ele sente que não precisa de Jesus, que já tem a segunda roda que é a mais importante. Mas a segunda roda não é mais importante que a primeira, tem uma importância equivalente. Sem a primeira roda a bicicleta não consegue andar, cai na lama do niilismo, do desespero, da violência, do genocídio…Penso isso, Leonardo!

    Curtir

  4. Mas devo confessar que até agora não obtive sucesso em converter meus colegas…isso porque acho que existem dois tipos de pessoa. Existem pessoas de mente aberta, que leem e se interessam por diversas visões e buscam a verdade…esses são os filósofos. E existem aqueles que aprendem uma doutrina e fecham a mente para todo o resto…esses são os ideólogos, vivem na caverna e matam o filósofo que viu a Luz e volta para trazê-la. Preferem as sombras das coisas às coisas reais. Existem ideólogos de esquerda e de direita, mas eu não vejo a diferença fundamental entre eles.

    Curtir

  5. Leonardo, me desculpe, acho que fui um tanto belicoso em minhas falas, contrário ao espírito de paz que o senhor emana e que com certeza adquiriu através da maturidade da fé. Eu sou apenas um jovem recém-convertido e ex-marxista, que vê grandes problemas no marxismo e no ateísmo como ideologias…eu sei porque sofri desses problemas, Leonardo! Adoecimento psíquico. E hoje, através dos seus escritos, que são sagrados para mim, muito mais que tantas passagens da Bíblia pertencentes à épocas antigas e que não dialogam mais com o nosso tempo…através dos seus escritos, Leonardo, eu pude ver a Deus e experimentar grande felicidade. O olhar sacramental, a transparência de Deus…são conceitos sagrados para mim. E depois que descobri essas coisas pelos seus escritos, comecei a me incomodar muito com aquela antiga visão de mundo e a experimentar o desejo de converter meus colegas ateus, para que vejam o que pude ver. Para que saiam desse sofrimento e dessa solidão! Mas sabe, Leonardo…talvez isso seja somente pressa juvenil. O senhor, da sua maneira mais diplomática de falar, conseguiu converter a mim que sou um cabeça dura! hehehe. E tantas outras pessoas que o leem. Me perdoe por qualquer coisa que eu tenha dito que possa tê-lo incomodado.

    Curtir

Deixe um comentário

Preencha os seus dados abaixo ou clique em um ícone para log in:

Logo do WordPress.com

Você está comentando utilizando sua conta WordPress.com. Sair /  Alterar )

Foto do Facebook

Você está comentando utilizando sua conta Facebook. Sair /  Alterar )

Conectando a %s